10 jun 2010

cuentito


Le pusieron Michelle, como premonición o pura casualidad, nunca lo sabrá, pero le cayó como anillo al dedo. Un trámite menos pensó, yendo en el 183 rumbo a la Española, tenía cita con el cirujano.
Una niñez difícil, adolescencia peor, culpa de esos insolentes compañeros de clase que le hacían terribles chanzas, no hubiera querido reaccionar así, pero resultaba imposible no revolear el puño.
Tenía todo planeado, luego de la cirujía se iría lejos, muy lejos y comenzaría todo de nuevo.

La enfermera grito el numero cuatro y Michel se levantó, apretando el boleto de pasaje a Chamizo le dijo firmemente al doctor: " quiero recomenzar mi vida, hagamos esa lobotomía"
                                 

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